martes, 3 de junio de 2008

Otra charla con mi psicólogo



Un par de meses con mucho ajetreo, me han llevado directamente a una consulta fuera de las rutinarias con mi analista. Una consulta de emergencia, otra más, a las que mi psicólogo de cabecera y amigo ya está habituado.


Lunes, 03,15 hs. ( tres y cuarto de la mañana, por si alguno no se lleva bien con los números). reconozco que no es un horario habitual para una consulta, pero ¿Hay un horario habitual para una emergencia?. No, no sean salames; si hubiera un horario, no sería una emergencia.


Perdón por el exabrupto, es que estoy mal, la sesión recién acaba de terminar y a pesar del epíteto que les he endilgado, como prueba de mi aprecio hacia ustedes ( ignoro si serán los ustedes de siempre o nuevos ustedes, pero me da igual), les paso a relatar lo allí acontecido:


-Buenas, doc-, dije con cara de malas.


-She- , dijo él ,con cara de dormido.


-Ando un poco loco-, comencé a contarle.


-¿Un poco?, usted es un optimista profesional, ¿Qué mierda le pasa?-.


Me pareció que estaba un poco nervioso, pero a lo mejor eran ideas mías, así que continué:- en estos últimos meses, me han sucedido muchas cosas juntas y no sé como manejarlas, doctor-.


-No sea boludo, “las cosas”, pasan de a una , pedazo de infeliz. Cuente.-


-Doctor, me parece que el lenguaje que está empleando no es demasiado profesional-, le dije para ver si se ubicaba un poco-


- Ah, el señor es psicólogo ahora.¿Porqué no me enseña a llevar la sesión?. Déjese de joder y vayamos al grano-, dijo comenzando con su maldita manía de usar frases hechas.


_ Bueno, le cuento lo que me pasa: desde hace un par de meses, el tiempo no me alcanza, doctor-


_ Y a mi no me alcanza la plata, mire usted., ¿Y… porqué no le alcanza el tiempo?-


- Es que me he embarcado en muchas actividades; me metí en un taller literario, estoy en una comunidad literaria, me invitaron a participar en otras, sigo con mi vicio de hacer comentarios en blogs amigos, tengo que trabajar para vivir y la mar en coche. ¡No me alcanza el tiempo! ¿Qué puedo hacer?-


-Quien mucho abarca, poco aprieta. Debería dejar de hacer algunas de esas cosas; al menos las que no les sacará ningún provecho-.


-¿Cómo cuales?-


-Todas. Menos laburar , que por lo menos le da de comer, las otras son incompatibles con usted: cualquier cosa literaria y usted, son como el agua y el aceite, nunca van a poder mezclarse. Al que nace barrigón, es al ñudo que lo fajen-.


_ Gracias, doctor, usted siempre tan amable conmigo. Lo voy a pensar-.


-Veo que estuvo practicando; lo de pensar, digo. Siga así que algún día le va a salir. Se le terminó el tiempo. Son 150 pesos-.


Me dieron ganas de mandarlo al carajo, pero una discusión con mi analista, seguro que me iba a deprimir más, asi que pagué con dos billetes de cien pesos, no me dio el vuelto como siempre y me vine para aquí, igual que antes, pero con menos plata en el bolsillo. Al final, mi único consuelo pasa por compartir mis desdichas con ustedes. Espero que no quieran cobrarme por escucharme , o mejor dicho, leerme.


Gracias por ser como son. Los amo. No sé que haría sin ustedes. Buenas noches.

2 comentarios:

Fix Perez Bracamonte dijo...

Pasame el teléfono de tu analista. A mi también me falta el tiempo. Por ahí, tengo suerte y me convence de abandonar la pretensión de mantener un blog.

Salemo dijo...

¿Vos viste como me trata el guacho?.Todavía no le pude sacar el número ni del título, a veces me dice que es Lacaniano y a la otra sesión que es Freudiano; me tiene podrido. En lo único que es coherente es en aumentar la tarifa todos los meses.
Y, si.mantener el blog, a mi también se me está poniendo bravo, pero lo sigo haciendo por amor a mis miles de seguidores.