jueves, 10 de abril de 2008

Marcha de la bronca y sin fé ya en nadie.

La indignación que en estos momentos estoy sintiendo, quizás no me dejen redactar de una manera adecuada este post. Sabrán disculparme si no logro transmitir cabalmente todo lo que en estos últimos dias me sucedió. Trataré de calmarme y lo intentaré.

No sé que es lo que está pasando en el mundo con la gente. No la gente en general, sino aquellas personas que se supone deberían, por su profesión o por estar a cargo de una empresa de servicio, ser cordiales, comprensivas, tratar de solucionar los problemas de un cliente, o posible cliente, que está interesado en el servicio que dicha empresa dice prestar.

Para que comprendan en toda su dimensión (y perdonen la expresión), la calentura que tengo a pesar de los dias que han transcurrido desde que comencé esta verdadera odisea, cuando, maldito sea el momento, se me ocurrió la muy" feliz idea " de contactarme con los responsables de este "emprendimiento" para interiorizarme del servicio que ofrecían , ya que me parecía algo que me era muy necesario para mi actividad; más bien diría que imprescindible.

Paso a detallar: me puse en contacto con esta empresa por medio de un mail. antes ya habiá visto los detalles del servicio en la página que tienen en la web. Mandé mis datos y la referencia sobre lo que me interesaba proteger, ya que se trataba de una especie de cobertura contra distintos tipos de delicuentes que siempre están al acecho sobre la propiedad de uno. Hasta aquí todo bien, pero.... A los dos dias de no recibir noticias de parte de ellos (mandé varios mensajes en el interín), decidí tomar el toro por las astas, y los llamé por teléfono; amablemente les recordé que hacía dos días me había puesto en contacto con ellos y que no había recibido ninguna respuesta, y que mientras tanto, estaba indefenso, sin ningún tipo de cobertura sobre mis bienes, gracias a ellos. Me contestaron con evasivas de todo tipo y al final prometieron que al otro dia se pondrían en contacto conmigo y solucionarían todo. Como supondrán, pasaron otros dos días sin noticias. Esta vez, decidí ir directamente a la dirección que figuraba en la página. Cuando le dije mi nombre y el asunto por el que me encontraba allí a una señorita que estaba en la mesa de entrada, me llamó la atención la cara que puso antes de desaparecer por una puerta luego de decirme que aguardara un momento que ya me iban a atender. Veinte minutos esperé hasta que apareció un tipo que me miró (o me pareció), medio socarronamente; me pidió que tomara asiento y me lanzó una perorata sobre que la empresa no era propensa a engañar a sus clientes y que si estaba seguro de lo que quería hacer. Mi presión estaba ya por las nubes y cuando le dije que estaba completamente seguro, me pidió disculpas y entre risas, se fué por la puerta que antes había usado la secretaria. Totalmente desorientado, por unos minutos no supe que hacer. Cuando, ya en el límite de mi paciencia, me encaminé hacia la dichosa puerta con ánimo de echarla abajo a patadas y matar a todo aquel que se cruzara en mi camino, alcanzé a escuchar varias voces y muchísimas carcajadas del otro lado.

¿Cuanta humillación puede soportar un hombre?. Transcribo, para que me comprendan, lo que allí, parado detrás de esa puerta, escuché:

-Todo, el infeliz me dijo que quiere cobertura para todo- Aquí, las risotadas sonaron tan fuertes, que me perdí parte de lo que decían. Que pelotudo, dijo otra voz. ¿Quién va a querer robarle esas boludeces a este?¿Como era que se llamaba? Alcancé a escuchar que la estúpida de la mina decía.-Salerno o algo así-, dijo la muy burra. Salemo, Salemo, conchuda, quize entrar y decirle. Pero seguí escuchando. -¿Y el blog, si se puede llamarlo así?-- losqueabandonanomelas;Que nonbre más estúpido;a él lo deben haber abandonado- ( acá, las risas alcanzaron el pico más alto).

Resumo y concluyo, que esto ya se hizo muy largo; a pesar de toda mi bronca, decidí que no valía la pena echar abajo la puerta y agarrarlos a golpes (además eran muchos), volqué una taza de café que había en el escritorio en el teclado de la pc, como venganza y me fuí de allí.

Estos hijos de puta de Creative Commons, se pueden ir al carajo. Seguirá mi blog como hasta ahora. Son libres de copiar de aquí lo que quieran....pero no abusen.

2 comentarios:

Fix Perez Bracamonte dijo...

¡Yo ya copié todo!
Te informo que me hice un blog paralelo con todo tu material que se llama "Los que se quedaron en Omelas". ESE es un título, seguro que la gente de la compañía no se va a reír de mí. Y menos se van a burlar de un nombre como el mío.

Salemo dijo...

¡Yo sabía que esto podía pasar! y esos guachos de Creative Commons, se burlaban de mí y de mi blog y no quisieron proteger los frutos de mi talento. En este mundo no hay justicia.
Yo tendría que haberlo pensado antes y ponerme un nombre como el tuyo. Seguro que no se hubieran burlado; el doble apellido siempre impresiona y abre puertas.
soy un gil.
P.D.: sigo buscando gente que abandone Omelas.