domingo, 1 de febrero de 2009

Descarnado testimonio religioso de un alma en pena.

Nunca antes en este blog un título reflejó en toda su amplitud el contenido de un artículo o post subido por quién les escribe; una confesión descarnada, casi patética diría, de mi espiritualidad. Espero sepan disculpar, pero no puedo seguir tecleando más, estoy muy emocionado. Pasen y vean mi testimonio y juzguen por sí mismos. Sean piadosos conmigo, por favor.

AH, el link, claro http://brevesnotanbreves.blogspot.com/2009/02/por-que-soy-ateo-mi-testimonio-miguel.html

3 comentarios:

Fix Perez Bracamonte dijo...

El tapado:
Havanna de nuez. Sólo para entendidos. No estoy diciendo que los otros no me gusten, incluso el Cachafaz, pero el de nuez tiene el discreto encanto de las joyas olvidadas.
Y al que no entienda, que vaya a leer la larguísima discusión en el link.

Salemo dijo...

Eso. Que vaya.Ahora, ¿viste en qué derivó el que contara lo que me había sucedido?
Evidentemente hay poderes ocultos que quieren desvirtuar el tema para que no se sepa la verdad.Estoy seguro que el Vaticano no es ajeno a todo esto.
Seguiré con mi cruzada, aunque parezca un contrasentido.
Por cierto: no probé el Havanna de nuez, pero confío en su proverbial exquisitez, don Fix.

Fix Perez Bracamonte dijo...

Son unos que vienen bañandos en chocolate blanco y envueltos en un papel color marrón claro (más claro que el de los de mousse). Antes venían ensobrados en papel plástico, cosa que siempre me llamó la atención porque los otros tenían papel metalizado.